Cuando nos preocupamos por mantener el aspecto y la integridad de nuestro edificio, la limpieza de la fachada de ladrillo de éste es una tarea que debemos tener en cuenta. Las características singulares de las fachadas de ladrillo hacen que sean propensas a acumular polvo, suciedad, moho y otros elementos contaminantes. Estos materiales pueden afectar tanto a la apariencia como a la calidad de los materiales subyacentes. Pasar llevar a cabo esta limpieza es conveniente conocer los métodos adecuados, de manera que el resultado sea brillante y eficaz.
Te vamos a dar algunos consejos que te van a servir para enfrentarte con éxito a la limpieza de tu fachada de ladrillo:
Debes llevar a cabo una correcta revisión y limpieza de crecimientos. Has de revisar a fondo la fachada para verificar su estado y conocer el grado de suciedad y si hay algún deterioro adicional que debamos atender. Y no solo detectaremos la suciedad, sino también si ha aparecido musgo u otros crecimientos herbales. Puedes ablandarlos usando agua en esas áreas antes de eliminarlos mediante un raspador o cepillo.
La limpieza de la superficie es sencilla. Deberás mezclar agua con detergente suave en una proporción de 1:5 para cepillar de manera suave la superficie con un cepillo de cerdas no agresivas. No debes usar productos abrasivos o cepillos que tengan cerdas duras, ya que podrías acabar dañando la pared y el trabajo se convertiría en una chapuza. Un abundante enjuague con agua limpia te ayudará a eliminar cualquier residuo de detergente o suciedad que hayan quedado aún en la fachada y que esta luzca reluciente y orgullosa de tu esfuerzo.
Una vez realizado el trabajo es conveniente realizar un plus de protección para defenderla de futuras agresiones y deterioros. Para ello será conveniente aplicar un producto impermeabilizante que actúe como barrera defensora. Aplícalo adecuadamente por toda la superficie siguiendo las instrucciones del fabricante. Antes de llevar a cabo esta tarea debes asegurarte de que el producto es el adecuado para tu fachada y no la daña. Para ello es conveniente realizar una prueba en una zona que no quede a la vista, de manera que puedas comprobar la reacción del ladrillo al efecto de esta limpieza y tener claro de que la limpieza no va a producir ningún contratiempo en tu fachada.
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