La mayoría de las naves industriales suelen estar configuradas por hormigón, un material poroso que resulta muy susceptible a las manchas y la abrasión causada por sustancias químicas, de ahí la importancia de su adecuado mantenimiento. El hormigón es una mezcla de arena, cemento y agua que, cuando el agua se evapora y se seca, se convierte en un revestimiento de suelo duro poroso. Como en todos los suelos porosos, la suciedad penetra fácilmente en él, por lo que realizar un mantenimiento adecuado de este tipo de suelo es fundamental para su durabilidad y buena presencia estética. Pero no solo para garantizar esa durabilidad, sino también para garantizar la higiene en el lugar de trabajo, ya que es un material a priori poco higiénico debido a la formación de polvo perjudicial para su salud. Su tratamiento adecuado incluye la limpieza mecánica seca unida a la limpieza química húmeda, que eliminará desperfectos superficiales de forma efectiva.
Una vez que la zona a limpiar esté libre de obstáculos, se debe establecer una parada técnica de cualquier actividad de la zona para evitar accidentes. Es entonces cuando podemos iniciar una primera fase de limpieza mecánica seca del suelo mediante el uso de cepillos, barredoras y aspiradoras. Para evitar que el polvo inunde la zona podemos recurrir a humedecerlo, evitando la suspensión de partículas que pueden ser peligrosas para la salud.
Si necesitamos eliminar manchas de nuestro suelo de hormigón, debemos recurrir a la limpieza química húmeda mediante el uso de agua a baja o alta presión combinada con productos químicos pH-neutros y fregadoras. En este proceso, gracias a la reacción de las manchas con los agentes de limpieza, éstas se disuelven y pueden desaparecer mediante el oportuno fregado. Estas limpiezas no pueden ser muy habituales, deben espaciarse, ya que un exceso puede ir en contra de su integridad. Para evitar un excesivo desgaste se recurre a aplicar tratamientos a suelo que lo refuercen.
Para el mantenimiento de los suelos de hormigón pulido, una vez se encuentran limpios y protegidos, deberemos usar cualquier producto con PH neutro, en torno al 7, que limpie y proteja en la misma operación. Igualmente es recomendable proteger el suelo de hormigón para evitar que las manchas de grasa y suciedad penetren en el interior. Ello será posible sellando los microporos del hormigón con un producto sellador.
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