La pandemia de la COVID 19 ha traído a nuestras vidas un concepto más agudizado de la higiene que nos ha puesto en contacto con palabras relacionadas con este ámbito a las que antes no habíamos prestado mucha atención. Son términos como sanitizantes o desinfectantes, que han desembarcado en nuestras vidas para formar parte de ellas. Pero, aunque pueden parecer similares, el significado de ambos es bien distinto. Podría parecer que ambos términos son sinónimos ya que en el mundo de los productos de limpieza, tendemos a confundir términos o a asemejarlos. En este caso, tanto la forma en que se usan como el fin, son muy distintos en cada caso.
Comencemos conociendo algo del aspecto más general. La desinfección es un proceso con el cual se persigue reducir la cantidad de gérmenes y bacterias hasta un nivel seguro, según marquen las normas sanitarias de salud pública vigentes. Para ellos usamos el desinfectante, que es un químico idóneo para esta misión. Cuando adquirimos un desinfectante, podemos encontrar en la etiqueta cuáles son los microorganismos que es capaz de combatir y los trabajos de desinfección para los que está indicado. Si nos fijamos, estos microorganismos suelen ser en esencia bacterias o agentes patógenos que de entrar en contacto con nuestro organismo pueden generar enfermedades. También realizan esta acción sobre virus y hongos, variando su capacidad de efectividad según cada producto.
Hablemos ahora de la sanitización. Se trata de un vocablo que se escucha con menos frecuencia al tener un origen anglosajón que significa desinfectar. Pero en castellano su significado es bien distinto ya que se acerca más al de “higienizar”. Los productos de este tipo tienen como misión matar los gérmenes en superficies y objetos por un tiempo concreto. Ejemplo de sanitizantes son el cloro o las mezclas que se realizan con la lejía como base. Estos productos no van a perseguir el fin de eliminar por completo los elementos patógenos sino que rebajan la carga microbiológica.
De esta manera, la diferencia básica entre ambos productos va a depender del uso que pretendamos darles. Para la limpieza de zonas en la que se van a preparar alimentos lo idóneo es usar sanitizantes por son menos corrosivos y presentar una efectividad del 99.99% a los 30 segundos de su aplicación. Si por el contrario, lo que buscamos es acabar con los microorganismos en un contexto médico, debes inclinarte por las sustancias desinfectantes, que actúan de una manera más rápida y eficaz ya que en 5 segundos acaban con casi el 100 % de las bacterias, además de virus y hongos.
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